*Domingo, 18 de julio*
*Semana XVI del tiempo ordinario, ciclo b*
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)
*Evangelio según san Marcos 6, 30-34*
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.» Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado.
Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.
*Pistas*: Parece que simplemente cuenta una anécdota. Estaban cansados y Jesús intenta llevarlos a descansar para además poder compartir lo vivido. Sin embargo, este evangelio encierra muchas enseñanzas.
La primera: Jesús cuida de los suyos. No los usa como mano de obra. Los envía para que realicen su misión, les mandará continuarla, pero Jesús es también su Buen Pastor: les quiere, les cuida, son sus amigos, quiere compartir tiempo con ellos. Así es Jesús también con nosotros.
Imagina la escena. Los discípulos de Jesús están cansados, emocionados, con ganas de compartir. Pero a su alrededor sólo hay gente, todo el rato pidiendo cosas, queriendo estar con Jesús… Marcos nos cuenta antes que acababan de saber la noticia de la muerte de Juan Bautista, amigo de Jesús y de muchos de sus seguidores. Y cuando por fin van a poder hablar de todo eso y descansar… un montón de gente esperándoles.
Aquí está la segunda lección. ¿Cómo ser pastor? Entregando la vida, amando, sintiendo con (con-pasión). Aquella gente necesitaba a Jesús, necesitaba un pastor… Y él no se lo niega, al contrario, con calma, sin pensar en el cansancio ama y guía a los que le necesitan.
Tú también eres pastor de tus hermanos, cada cual en su vocación concreta. Pero además tienes la responsabilidad de ayudar a los demás a acercarse a Jesús, amarles, evangelizar. Acércate a Jesús, síguele, déjate cuidar y educar por Él. Y al mismo tiempo entrégate como Él lo hizo.
*Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.*