Domingo 15 de abril

Domingo 15 de abril
Domingo de Pascua de la Resurrección del Señor

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Juan 20, 1-9.

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien quería Jesús, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo: pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: Vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.
Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

Pistas: “HA RESUCITADO”.
Hemos comenzado el tiempo pascual. A partir de ahora los Evangelios nos irán relatando las apariciones de Jesús resucitado y cómo se va afianzando la fe de sus discípulos.

Hoy encuentran el sepulcro vacío. Uno de los signos de la Resurrección. El lugar de la muerte está vacío. La piedra que lo cerraba está movida. La muerte ha sido vencida. Todavía les queda mucho camino por recorrer para comprender el alcance de la resurrección de Jesús. Pero hoy creen y entienden la Escritura y la palabra de Jesús que anunciaba que esto iba a suceder.
Es curioso el detalle: corren los dos apóstoles, Pedro y Juan (“a quien quería Jesús”). El más joven llega primero, pero deja que entre Pedro, a quien el Señor había puesto al frente del grupo de los Apóstoles. Ambos son testigos y anunciarán a los demás lo que han visto.
Hoy es un día gozoso. La Iglesia te invita a mirar a Jesús vivo y resucitado. A darte cuenta que la muerte no tiene poder. Tampoco la muerte que trae el pecado. El sepulcro vacío y la piedra movida: la muerte no tiene poder. También los sepulcros de tu corazón, las consecuencias del pecado, quedarán vacíos si te acercas a Jesús. Si dejas que el poder de su resurrección te dé vida.
San Pablo dirá que hay que morir al pecado, al hombre viejo, para resucitar con Cristo. Jesús es vida, Jesús está vivo, Él ha hecho nuevas las cosas. Por su resurrección, viviremos.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.