Domingo 13 de mayo
La Ascensión del Señor, solemnidad
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Conclusión del santo evangelio según san Marcos 16, 15-20
En aquel tiempo, se apareció Jesús a los Once y les dijo:
—«Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación.
El que crea y se bautice se salvará; el que se resista a creer será condenado.
A los que crean, les acampanarán estos signos: echarán demonios en mi nombre, hablarán lenguas nuevas, cogerán serpientes en sus manos y, si beben un veneno mortal, no les hará daño. Impondrán las manos a los enfermos, y quedarán sanos.»
Después de hablarles, el Señor Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios.
Ellos se fueron a pregonar el Evangelio por todas partes, y el Señor cooperaba confirmando la palabra con las señales que los acompañaban.
Pistas: Se acerca el final de la Pascua y llega la fiesta de la Ascensión del Señor.
“Jesús subió al cielo y se sentó a la derecha de Dios”. ¿Qué significa esto? Piensa en el alcance de esa afirmación. Jesús, el hombre ungido por el Espíritu Santo, el Mesías, ahora resucitado, es el hombre repleto de Espíritu Santo, el que está en la vida divina. Ya no sólo Dios se ha acercado al hombre sino que el hombre ha accedido a Dios. El cielo está abierto por mediación de Jesús. Tenemos acceso a la vida de Dios, a sus dones. Podemos recibir el Espíritu Santo.
Por eso Jesús envía a sus apóstoles: “Id y proclamad el Evangelio”. Y les da poder para hacer lo que les pide. Porque tiene autoridad para hacerlo. Porque lo que Él hizo sus Apóstoles podrán hacerlo. Lo que Él comenzó su Iglesia lo continuará.
Y fue así: obedecieron y el Señor acompañaba con señales. Y así sigue siendo en la Iglesia. Bautizarse es el signo que nos distingue como cristianos, es el mejor regalo que podemos recibir: entrar en la comunidad de quienes creen, confían en Jesús y saben que la salvación proviene de Él y nos la ofrece si le abrimos nuestra vida.
Esta fiesta de la ascensión nos invita a mirar a la vida divina que Jesús consiguió para el mundo, para la Iglesia, para ti.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.