Lunes 31 de mayo

*Lunes, 31 de mayo
Visitación de la Bienaventurada Virgen María*

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

*Evangelio según san Lucas 1, 39-56*
En aquellos días, María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.
En cuanto Isabel oyó el saludo de María, saltó la criatura en su vientre. Se llenó Isabel del Espíritu Santo y dijo a voz en grito: «¡Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? En cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Dichosa tú, que has creído, porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá.»
María dijo: «Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.» María se quedó con Isabel unos tres meses y después volvió a su casa.

*Pistas*: El ángel le ha dicho a María que va a ser la madre de Jesús y que su prima Isabel, ya anciana, está embarazada. Y ella se va “aprisa a la montaña”. Es bonito este detalle. Lo primero que uno hace cuando deja que Jesús entre en su vida es preocuparse por los demás, salir de uno mismo. Y María va corriendo a ver a su prima Isabel para ayudarla, para alegrarse con ella, para felicitarla… El relato del encuentro de las dos mujeres está lleno de simbolismo en el relato de Lucas. Fijémonos en algunos detalles.
El Espíritu Santo llena a Isabel. Jesús trae la plenitud del Espíritu Santo. Encontrarse con Jesús implica llenarse del Espíritu. No deja indiferente. E Isabel (y Juan el Bautista en su seno) reconocen al Señor, a Jesús. El Espíritu hace alabar a Dios, reconocer la verdad, ser profetas. Isabel confirma lo que el ángel había dicho a María.
María lleva a Jesús y su sola presencia hace que la gracia de Dios actúe. Y si nosotros llevamos a Jesús ¿no sucederá lo mismo? ¿no te sucede algo parecido cuando te encuentras con una persona “llena de Dios”? Contaba un niño de un sacerdote: “Tiene algo raro, es como si te quisiera abrazar cuando te habla. Cree mucho”.
Bendición, dicha, alegría, cumplimiento de las promesas… y todo sin que tengas que hacer cosas extraordinarias: “¿quién soy yo para que…?” Porque así es la gracia de Dios. Y hace responder: Juan salta en el seno de su madre, Isabel habla a voz en grito, María alaba a Dios…
La Virgen responde con una oración que la Iglesia reza en vísperas cada tarde, el Magnificat. Es una alabanza a Dios por lo que ha hecho en ella y por lo que hace en medio de su pueblo. Léela despacio y hazla tuya, pensando en las bendiciones que Dios te ha regalado, en el alcance de lo que sucede en María –el Hijo de Dios se hace hombre para salvarnos-, en acontecimientos concretos de la historia de la salvación, de la Iglesia y de tu propia vida.
Alaba y bendice a Dios con María. Y si alguna frase te llama la atención, párate, repitela, piénsala, dirígete a Dios con tus propias palabras.
Vuelve a leer el Evangelio ¿qué te dice la Palabra? ¿dejas que Dios actúe dentro de ti? ¿eres vehículo para llevar su Palabra a otros? Y reza con ello.

*Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida. *

Domingo 30 de mayo

*Domingo 30 de mayo*
*Santísima Trinidad*

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

*Evangelio según san Mateo 28, 16-20*
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban.
Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.»

*Pistas*: Hoy la Iglesia celebra la fiesta de la Santísima Trinidad. Nuestro Dios no está encerrado en sí mismo. Es tres personas y ha querido revelarse a los hombres para que puedan asomarse al misterio de su ser. Así nos ha enseñado Jesús que es Dios y por eso manda bautizar en el nombre del único Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
En el Evangelio de hoy Jesús resucitado se acerca a sus discípulos. Si antes de la resurrección estaba lleno del Espíritu Santo y fue consciente de ser igual al Padre, de ser el Hijo, ahora, su humanidad glorificada, resucitado, declara a sus discípulos: “Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra”. Jesús no es sólo un hombre que ha revivido. La resurrección es más que eso. Por ello está con sus discípulos hasta el fin del mundo, todos los días. Esa es la razón por la que creer en Dios como Jesús enseñó implica creer en un solo Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo.
En los primeros siglos de la fe cristiana se hizo un gran esfuerzo de profundización y explicación cada vez que surgía una herejía que intentaba simplificar el misterio de Dios o de la identidad de Jesús, y así se fue formando el credo que hoy profesamos.
Esto es para ser vivido: bautizarse en la fe trinitaria implica tener una relación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Y esa relación desemboca también en una manera de vivir. Por eso dice Jesús que enseñen lo que Él ha mandado.
Fíjate en que para ti y para mí, discípulos de Jesús, todo empieza con el bautismo, que te introduce en la vida de Dios. Y continúa aprendiendo a vivir como Jesús enseñó, sabiendo que Él está contigo para siempre, y tiene poder.
Asómate hoy al misterio de Dios que quiere entrar en relación contigo, que te envía a una misión y que te promete que no te abandonará. Y respóndele orando y dejando que mueva tu vida.

*Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice ,respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.*

Sábado 29 de mayo

*Sábado, 29 de mayo*
*Semana VIII tiempo ordinario*

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

*Evangelio según San Marcos 11, 27-33*
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén, y, mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los letrados y los senadores, y le preguntaron: ¿Con qué autoridad haces esto? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?
Jesús les replicó: Os voy a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto. El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contestadme.
Se pusieron a deliberar: Si decimos que es de Dios, dirá: «¿Y por qué no le habéis creído? » Pero como digamos que es de los hombres. (Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un profeta) Y respondieron a Jesús: No sabemos. Jesús les replicó: Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto.

*Pistas*: ¿No han cambiado nada las cosas en tantos siglos? Dan ganas de hacerles preguntas de este estilo a muchos políticos, recurrir a la hemeroteca y mostrarles que dicen una cosa y a continuación la contraria… Pero no sólo ellos ¿Cuántas veces nosotros preferimos no tomar partido, andar por la vida como quien surfea una ola? ¿poner una vela a Dios y otra al diablo?
Con Jesús no valen medias tintas. Si no quieres ver la verdad de tu vida y del mundo, entonces el mal, el pecado, la mentira, el demonio… ganarán la partida. Porque Jesús es la verdad. ¿Quieres conocerle? Llama a las cosas por su nombre, en tu vida, en el mundo, en tu parroquia o comunidad, en tu familia, en tus amistades, en tus negocios… ¿Quieres conocer la verdad de quién es Jesús, descubrir la autoridad de su enseñanza? No busques excusas, no vivas de intereses.
La autoridad de Jesús le viene de ser el Hijo de Dios y el hombre lleno de Espíritu Santo. Expulsado a los vendedores y cambistas del templo porque su visión sobre la fe en Dios y su vivencia es radicalmente opuesta a intereses, negocios… Él quiere que cambien los corazones.
Si en el templo que es tu corazón has dejado entrar lo que no debe estar, tendrás que dejar que Jesús lo eche fuera. Y cuando esto suceda encontrarás una paz, una alegría, una libertad que no habías podido experimentar antes. Si eres capaz de dejar a un lado todo lo que tergiversa tu relación con Dios, si dejas al Espíritu Santo mover tu vida, su luz cambiará las cosas en ti.

*Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.*

Viernes 28 de mayo

*Viernes, 28 de mayo*
*Semana VIII tiempo ordinario*

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

*Evangelio según San Marcos 11, 11-26*
Después que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, en el templo, lo estuvo observando todo, y, como era ya tarde, se marchó a Betania con los Doce.
Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de lejos una higuera con hojas, y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo: Nunca jamás coma nadie de ti. Los discípulos lo oyeron.
Llegaron a Jerusalén, entró en el templo, se puso a echar a los que traficaban allí, volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y no consentía a nadie transportar objetos por el templo. Y los instruía diciendo: ¿No está escrito: Mi casa se llama Casa de Oración para todos los pueblos? Vosotros en cambio la habéis convertido en cueva de bandidos. Se enteraron los sumos sacerdotes y los letrados, y como le tenían miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su enseñanza, buscaban una manera de acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad.
A la mañana siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y dijo a Jesús: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado.
Jesús contestó: Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno dice a este monte: «Quítate de ahí y tírate al mar», no con dudas, sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la obtendréis. Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas.

*Pistas*: Es muy sorprendente este Evangelio. Marcos enmarca el relato del enfrentamiento de Jesús con los que comerciaban en el templo dentro de la higuera que se seca. El templo es como esa higuera, no da el fruto que tiene que dar. Tiene hojas, apariencia, pero no alimenta. El fruto es la oración y la fe. El fruto es la conversión y el perdón. Por eso instruye a sus discípulos sobre ello.
Y en tu comunidad, en la Iglesia que tú formas: ¿cómo es? ¿da fruto? ¿o es sólo apariencia? ¿alimenta, da fe, enseña a orar?
La fe lo cambia todo. Hace que se pueda dar fruto. La oración tiene poder y consecuencias en la vida. Puede cambiar las cosas porque la relación con Dios cambia las cosas. Pero no es una rutina. Es una conversación, un modo de relacionarte con Dios, de alabarle.
Revisa hoy en qué punto está tu vida de oración. Cuánto tiempo y de qué calidad dedicas a rezar. Y te invito a que un día más te acerques en oración, dejes que ésta transforme tu vida y te llene del Espíritu Santo.

*Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.*

Jueves 27 de mayo

*Jueves, 27 de mayo*
*Nuestro Señor Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote*

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

*Evangelio según san Marcos 14, 12-16. 22-26*
El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?».
Él envió a dos discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: «El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?».
Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.»
Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua.
Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo.»
Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron.
Y les dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.» Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.

*Pistas*: Celebramos hoy la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote.
Tanto el sacerdocio ordenado como el sacerdocio común de todos los bautizados, participan del sacerdocio único de Jesús. ¿Un trabalenguas? No, es sencillo. Sacerdote es el que une lo humano y lo divino, el que construye puentes para unir dos realidades que parecen separadas, el que media (como en los sacramentos) o como ocurre cuando rezamos.
Jesús es el Hijo de Dios hecho hombre. Lo humano y lo divino se acercan. Verdadero hombre y verdadero Dios. Y Jesús Resucitado se convierte en el camino a Dios, el puente que nos une para siempre con el Padre y nos permite recibir el Espíritu Santo. Si podemos acceder a Dios (rezar, presentar a Dios nuestra vida, ser bendecidos por Él, recibir sus dones, celebrar los sacramentos y recibir su gracia) es porque participamos de su sacerdocio, de su mediación. Es porque Jesús es el camino hacia Dios.
Todo es por medio de Él. Los santos, la Virgen María, las acciones de la Iglesia, tus actos religiosos, todo lo que te permita acercarte a Dios y que Dios se acerque a ti es por medio de Jesús.
Ahora vamos a fijarnos en el Evangelio. La Última Cena. Jesús con sus amigos. Se entrega a sí mismo, da sentido salvador a su muerte. Ama tanto a los suyos que quiere ser uno con ellos. Jesús quiere que el mismo amor que le tiene el Padre, que los hace uno, puedan experimentarlo con Él sus discípulos. Quiere que puedan entender lo que significará su muerte y resurrección.
El Evangelio de hoy nos describe la cena de la Pascua para unos judíos. Representa la liberación de la esclavitud de Egipto y la promesa de Dios de hacerles su pueblo. Es la cena que recuerda la alianza de Dios con su pueblo y que se convertirá en la Nueva Alianza de Jesús con su Iglesia.
Jesús es el camino hacia Dios. Nos ha regalado poder entrar en presencia de Dios y poder recibir el Espíritu Santo, la vida de Dios. Él es el Sumo y Eterno Sacerdote y se entrega por amor a ti y a mí. Y ya para siempre se queda en la Eucaristía convirtiéndose en alimento para nuestra alma y regalándonos la salvación.

*Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.*

Miércoles 26 de mayo

*Miércoles, 26 de mayo*
*Semana VIII del tiempo ordinario*

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

*Evangelio según San Marcos 10, 32-45*
En aquel tiempo, los discípulos iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús se les adelantaba; los discípulos se extrañaban y los que seguían iban asustados.
El tomó aparte otra vez a los Doce y se puso a decirles lo que le iba a suceder: Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del Hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los letrados, lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, se burlarán de él, le escupirán, lo azotarán y lo matarán; y a los tres días resucitará.
Se le acercaron los hijos de Zebedeo, Santiago y Juan, y le dijeron: Maestro, queremos que hagas lo que te vamos a pedir. Les preguntó: ¿Qué queréis que haga por vosotros? Contestaron: Concédenos sentarnos en tu gloria uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Jesús replicó: No sabéis lo que pedís, ¿sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber, o de bautizaros con el bautismo con que yo me voy a bautizar? Contestaron: Lo somos. Jesús les dijo: El cáliz que yo voy a beber lo beberéis, y os bautizaréis con el bautismo con que yo me voy a bautizar, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo; está ya reservado. Los otros diez, al oír aquello, se indignaron contra Santiago y Juan.
Jesús, reuniéndolos, les dijo: Sabéis que los que son reconocidos como jefes de los pueblos los tiranizan, y que los grandes los oprimen. Vosotros, nada de eso: el que quiera ser grande, sea vuestro servidor; y el que quiera ser primero, sea esclavo de todos. Porque el Hijo del Hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por todos.

*Pistas*: Se acerca la muerte de Jesús y sus discípulos se asustan.
Muchas veces, cuando las situaciones son complicadas, sacan lo mejor de nosotros. Pero también sucede al revés.
Los apóstoles se ponen a discutir de puestos, de honores… es como si no hubieran entendido nada de lo que Jesús les ha enseñado.
Él los reúne y les vuelve a enseñar que no quiere que sean como los poderosos del mundo que basan su poder en la tiranía y la opresión. ¿Quieres ser grande? hazte servidor de todos. ¿Quieres ser el primero? hazte esclavo de todos. Aprende a servir.
Piensa en tu vida, en cosas concretas. ¿Sirves o buscas que te sirvan? ¿eres humilde y amas a los demás? ¿o, más bien, intentas quedar por encima, salirte con la tuya, que reconozcan lo bueno que eres…?
Jesús entrega su vida. Ése es el modelo. Puedes hoy darle gracias por su amor y entrega. Él, siendo Dios, siendo el único hombre que ha merecido que le sirvan porque no hizo más que el bien a todos, se hizo el último, hasta el extremo de entregar la propia vida por amor a todos. Hasta el extremo de pedir el perdón para sus enemigos desde la cruz.
¿Quieres ser grande? Reza a Jesús, síguele, despréndete de todo lo que te hace buscar un camino equivocado y elige amar y servir. Y así encontrarás la verdadera vida y serás verdaderamente importante.

*Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.*

Solemnidad de la Santísima Trinidad

Evangelio según San Mateo 28,16-20. 
En aquel tiempo, los once discípulos fueron a Galilea, a la montaña donde Jesús los había citado.
Al verlo, se postraron delante de el; sin embargo, algunos todavía dudaron.
Acercándose, Jesús les dijo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo».

Martes 25 de mayo semana VIII

*Martes, 25 de mayo*
*Semana VIII del tiempo ordinario*

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

*Evangelio según San Marcos 10, 28-31*
En aquel tiempo, Pedro se puso a decirle a Jesús: Ya ves que nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido.
Jesús dijo: Os aseguro que quien deje casa, o hermanos o hermanas, o madre o padre, o hijos o tierras, por mí y por el Evangelio, recibirá ahora, en este tiempo, cien veces más -casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones─, y en la edad futura, vida eterna. Muchos primeros serán últimos, y muchos últimos primeros.

*Pistas*: Volvemos al tiempo ordinario. Y el Evangelio de hoy nos presenta esta aparente contradicción que Jesús enseña: hay que ser el último para ser el primero. Dejar para tener.
La credibilidad de Jesús viene porque Él fue delante: se hizo el último siendo el primero, el servidor de todos, entregó su vida por amor. Podría haber vivido como un rey cobrando favores y vendiendo milagros… pero no, Jesús eligió lo que anuncia y lo que invita a vivir. Y la experiencia de tantos santos a lo largo de la historia, la experiencia del que vive realmente lo que es la Iglesia, nos demuestra que es posible y es cierto lo que Jesús dice hoy.
Entregarse, darlo todo por seguir a Jesús es el camino para ser verdaderamente rico (cada uno en la vocación en la que haya sido llamado, en el momento y lugar que esté ahora en su vida). Si eres padre de familia, o si eres un joven que busca su lugar, si has entregado tu vida a un servicio, en un trabajo, si eres sacerdote o estás en la vida consagrada, sea el que sea… date cuenta de que Jesús propone un camino de entrega. Si le sigues, recibirás la verdadera riqueza que nadie te va a poder quitar. No te promete un camino de rosas, sino uno que merece la pena, que es pleno, y desemboca en la plenitud definitiva, en la eternidad.
Piensa en tu caso concreto ¿qué necesitas dejar para seguir mejor a Jesús? Y después, dale gracias por todo lo que ya has recibido.
Es verdad, hay que dejar de querer ser el primero, pero a cambio serás verdaderamente grande.
Te invito a que mires a tu vida y te preguntes dónde puedes encontrar el camino del amor y el servicio, y a que lo sigas sin otras intenciones.
La Iglesia es, debe ser, una gran familia, y cuando se vive realmente como enseñó Jesús, vayas donde vayas, si hay Iglesia, tendrás familia, tendrás un hermano, un padre, una madre. Al hilo de esto puedes pensar si eres tú esa Iglesia. ¿Construyes la familia de la Iglesia? ¿o vives tu fe de un modo individualista, buscando sólo tu propio interés?
Deja que el Evangelio de hoy ilumine tu vida. Es palabra de vida eterna y es para ti, para tu comunidad, para tu parroquia, para tu familia.

*Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.*

Lunes 24 de Mayo

*Lunes, 24 de mayo*
*Bienaventurada Virgen María, Madre de la Iglesia*

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

*Evangelio según San Juan 19, 25-34*
Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». Luego, dijo al discípulo: «Ahí tienes a tu madre».
Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio.
Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed».
Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca.
Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
Los judíos entonces, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día grande, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

*Pistas*: El día después de Pentecostés celebramos la fiesta de Santa María Madre de la Iglesia. María acompaña a la Iglesia naciente en Pentecostés y es a quién Jesús ha entregado como madre a sus discípulos. Y la Iglesia que como madre comienza su andadura y continúa la obra de Cristo.
Este Evangelio que hemos leído está lleno de simbolismo. Jesús cumple todo lo anunciado sobre el Mesías. Muere entregando hasta a su propia Madre. Y en el discípulo al pie de la Cruz está representada toda la Iglesia.
La imagen del costado abierto nos habla del inmenso amor de Jesús que abre su corazón. La sangre y el agua, de los sacramentos.
Jesús dice: “Está cumplido”. Él ha llevado a término misión, ahora es el tiempo del Espíritu, el tiempo de la Iglesia, el tiempo de la comunidad en la que la Virgen ocupa un lugar privilegiado. Está cumplido y la Iglesia continúa la misión salvadora de Jesús.
María y la Iglesia. Jesús que entrega todo lo que tiene para salvarte a ti personalmente. Piensa en estas realidades y reza con el Evangelio de hoy.

*Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.*

Domingo 23 de mayo Pentecostes

*Domingo, 23 de mayo*
*Pentecostés*

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor
5. Actúa, llévalo a tu vida)

*Evangelio según San Juan 7, 37-39.*
El último día, el más solemne de las fiestas, Jesús en pie gritaba: El que tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí que beba. (Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes de agua viva). Decía esto refiriéndose al Espíritu, que habían de recibir los que creyeran en él. Todavía no se había dado el Espíritu, porque Jesús no había sido glorificado.

*Pistas*: Pentecostés. Hoy celebramos el acontecimiento que puso en marcha la Iglesia.
He elegido el Evangelio de la Víspera porque es una invitación: ¿Tienes sed? ¿quieres descubrir en tu vida todo lo que hemos estado celebrando y anunciando en Pascua? Jesús ya ha sido glorificado (ha resucitado, está vivo): ¿Quieres que sus promesas se hagan realidad en tu vida? Acude a Él y llénate del Agua Viva. Acude a Jesús y llénate del Espíritu Santo.
Esta invitación no es para una élite de elegidos. Jesús lo promete para todo el que crea en Él. Jesús glorificado, por medio de su humanidad rebosante del Espíritu Santo, nos da acceso a la vida divina. Jesús, te “grita” -te dice con todas sus fuerzas- que acudas a Él y bebas. Entonces, llenará tu ser, saciará tu sed de plenitud, de libertad, de felicidad, de amor, de verdad, de vida…
Dios no es una teoría. Se le descubre entrando en relación con Él. Y el Dios cristiano, el que reveló Jesús, es así: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Hoy te asomas al misterio de la Trinidad pero no de una manera teórica. Sino de una manera vivencial. El Padre y el Hijo envían el Espíritu y este actúa en ti, es Dios en ti, es el que calma la sed y te permite vivir como Jesús anunció.
Dios siempre, siempre, cumple lo que promete. No hubo un solo Pentecostés. Si lees el libro de los Hechos de los Apóstoles descubrirás que forma parte de la vida de la Iglesia. Y si estudias la historia de la Iglesia verás que no es un hecho del pasado. Hoy lo necesitamos nuevamente. En la Iglesia y en la vida de cada uno de nosotros.
Te propongo un reto para esta semana: Pregúntate ¿qué sed hay dentro de ti? ¿qué necesitas? ¿qué buscas? Y acércate a Jesús con fe, rézale, saca un rato cada día (no hace falta que sea muy largo, pero hazlo cada día), y pídele a Jesús el agua de su Espíritu que podrá saciarte de verdad. Te garantizo que todo será nuevo, que podrás experimentarlo. ¡Ven, Espíritu Santo!

*Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice, respóndele con tu oración y llévalo a tu vida.*