Jueves 31 de enero
San Juan Bosco, presbítero
(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)
Evangelio según San Marcos 4, 21-25
En aquel tiempo, dijo Jesús a la muchedumbre: ¿Se trae el candil para meterlo debajo del celemín o debajo de la cama, o para ponerlo en el candelero? Si se esconde algo es para que se descubra; si algo se hace a ocultas, es para que salga a la luz. El que tenga oídos para oír que oiga.
Les dijo también: Atención a lo que estáis oyendo: La medida que uséis la usarán con vosotros, y con creces. Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene.
Pistas: En la noche, en una casa judía en tiempos de Jesús… ¿Alguien encenderá un candil para esconderlo? ¡Qué cosa más absurda! Y si alguien lo hace, otro lo sacará, porque si se enciende es para que alumbre. Y dice Jesús: el que quiera entender, que entienda.
Él es la luz del mundo. Y la luz no se enciende para esconderla, y aunque se esconda, brilla. Si la luz de Jesús entra en tu vida, no es para esconderla. Por eso, si permites que Jesús actúe en ti, si te encuentras con Él y le sigues, su luz resplandecerá en tu vida.
“La medida que uséis, la usarán con vosotros”. Jesús enseña muchas veces y de muchos modos la seriedad de nuestra relación con el prójimo: el amor al otro, al enemigo, al que persigue… es el amor sin medida como el suyo. No juzgar (la paja en el ojo ajeno y la viga en el propio). Poner la otra mejilla. «Perdónanos como perdonamos», decimos en el Padre Nuestro.
“Porque al que tiene se le dará, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene”. Pero ¿por qué dice esto Jesús? Porque la salvación, la Gracia, es un regalo. Pero no es una baratija acoger el Espíritu Santo y sus dones. Implica dejar que Dios transforme el corazón y vivir como discípulo de Jesús. La Gracia de Dios crece en quien la acoge, porque su amor no tiene medida. Y el que la rechaza, se cierra al amor de Dios. Y finalmente lo perderá todo. Porque el que no quiere a Dios en su vida, podrá tener muchas cosas, pero no lo fundamental.
Dios no deja de ofrecerte su Gracia, porque su deseo es salvar a todos. Si tu medida para el amor, para la fe, para el prójimo, para Dios es tacaña, no dejarás que brille la luz en la oscuridad. Una llama puede parecer poco importante, pero es capaz de deshacer la oscuridad y las tinieblas.
La luz de Jesús está aquí y resplandece. Si la dejas entrar, cada día brillará más en ti e iluminará tu camino.
Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.