Lunes 30 de julio

Lunes 30 de julio
San Pedro Crisólogo, obispo y doctor de la Iglesia

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 13, 31-35
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se hace un arbusto más alto que las hortalizas y vienen los pájaros a anidar en sus ramas. Les dijo otra parábola: El Reino de los Cielos se parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina y basta para que todo fermente. Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas, y sin parábolas no les exponía nada. Así se cumplió el oráculo del profeta: «Abriré mi boca diciendo parábolas; anunciaré lo secreto desde la fundación del mundo.

Pistas: Lo que parece pequeño e insignificante se hará fuerte y capaz de albergar y proteger la vida. La levadura, que no se nota y es suficiente con poca cantidad, con su sola presencia transformará las cosas.
¿Qué nos enseñan estas parábolas? En lo pequeño de tu vida, en tu presencia aparentemente insignificante en la sociedad, se marca la diferencia. A veces pensamos que será en lo extraordinario, en lo que sobresale, que el éxito y lo que es más visible será lo que transforme las cosas. Pero el mensaje de Jesús es otro. Piensa en tu vida ¿qué importancia le das a lo pequeño, a lo cotidiano, a tu forma de afrontar las cosas de cada día? Y ¿te desanimas porque te parece que es imposible transformar las cosas?
Sólo sembrando lo pequeño sucederán cosas grandes. Sólo hace falta un poco de levadura para que toda la masa fermente. Pero la semilla tiene que ser semilla, y la levadura, levadura. Es decir, hace falta vivir lo que dice el Evangelio de hoy para que se cumpla lo que Jesús promete.
Relee el Evangelio pensando en tu vida y en tu parroquia o comunidad. Deja que la Palabra de Dios te dé luz y reza.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Domingo 29 de julio

Domingo 29 de julio
XVII domingo del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Juan 6, 1-15
En aquel tiempo, Jesús se marchó a la otra parte del lago de Galilea (o de Tiberíades). Lo seguía mucha gente, porque habían visto los signos que hacía con los enfermos. Subió Jesús entonces a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Estaba cerca la Pascua, la fiesta de los judíos. Jesús entonces levantó los ojos, y al ver que acudía mucha gente, dice a Felipe: «¿Con qué compraremos panes para que coman éstos?» Lo decía para tantearlo, pues bien sabía Él lo que iba a hacer. Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque un pedazo.» Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso para tantos?»
Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo.» Había mucha hierba en aquel sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que quisieron del pescado. Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que nada se desperdicie.» Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.
La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Este sí que es el Profeta que tenía que venir al mundo.»
Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.

Pistas: Vamos a fijarnos en algunos detalles de este Evangelio.
Jesús sabía lo que iba a hacer, pero no lo hace sin sus discípulos. Uno de los Apóstoles le transmite a Jesús que un muchacho dará lo poco que tiene. La verdad, podríamos entender esto más como un gesto de buena voluntad del muchacho que como algo realista. El muchacho da lo que tiene, pero no es suficiente. Y entonces Jesús obra el milagro. No sale de la nada, sino de la entrega, de la disponibilidad, del compartir. Y con la oración, la confianza en el Padre, lo insuficiente se convierte en suficiente, lo imposible se hace posible. Y la multitud hambrienta recibe alimento. (Esta parábola también se ha entendido como la Eucaristía, lo humano –el pan y el vino-, nuestra oración, la comunidad reunida, que hace presente a Jesús y su salvación).
Es bonito el detalle de que Jesús y sus discípulos, aún siendo realistas –saben que eso no es suficiente- no caen en la desesperación, sino que dan gracias al Padre y confían en su providencia. Es el camino de la alabanza a Dios, de reconocer quién es Dios, su poder y grandeza, y poner en su presencia lo que somos y tenemos. Y esta actitud (y la presencia de Jesús) abren camino al poder de Dios.
Y no sólo llega, sino que sobra. Porque Dios no hace las cosas a medias. Si le das lo que tienes, por insuficiente que parezca, por imposible o difícil que sea, Dios hará el milagro.
La gloria es de Dios. Cuando van a proclamarlo rey, por las maravillas que Dios obra, porque han visto una chispa del poder de Dios, Jesús se va a la montaña. Él solo. Jesús se retiraba a estar con el Padre porque Él sólo buscaba su voluntad. Y con esto nos enseña también a nosotros el camino, para que cuando lo que le damos a Dios dé fruto, sepamos reconocerle, alabarle y darle gracias por todo lo que obra en nosotros.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Sábado 28 de julio

Sábado, 28 de julio
XVI semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 13, 24-30
En aquel tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente: El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras la gente dormía, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga, apareció también la cizaña. Entonces fueron los criados a decirle al amo: Señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿De dónde sale la cizaña? Él les dijo: Un enemigo lo ha hecho. Los criados le preguntaron: ¿Quieres que vayamos a arrancarla? Pero él les respondió: No, que podríais arrancar también el trigo. Dejadlos crecer juntos hasta la siega, y cuando llegue la siega diré a los segadores: Arrancad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla, y el trigo almacenadlo en mi granero.

Pistas: Dios ha sembrado buena semilla en la humanidad, ha enviado a su Hijo Jesús, su obra y palabra, y ha dado el Espíritu Santo que nos transforma en buena semilla. Pero en el mundo, y también en la Iglesia (la que continúa la obra de Jesús de hacer presente el Reino de Dios), hay cizaña que nace de la semilla del Enemigo (recuerda la parábola de ayer: Dios siembra la Palabra, hoy nos dice Jesús que el mal también siembra).
Si preguntas a un agricultor, te dirá que al principio es imposible distinguir las malas hierbas y las buenas. Hay plantas que parecen trigo, pero serán cizaña; y al revés. Crecen juntas y si arrancas una, dañas la otra. Entonces ¿a qué atenerse? ¿qué hay que hacer? ¿hay que permitir el mal? Jesús enseña muchas veces que el camino es en lo personal convertirse día a día y en la comunidad amar y vivir en la verdad, vivir en la Gracia y dar fruto. A pesar de que a veces la presencia de cizaña lo haga difícil. Si esperas a la Iglesia o a la comunidad perfecta, nunca las encontrarás.
Es una enseñanza muy bonita e importante la del Evangelio de hoy, y aplicable a tu vida de discípulo ¿Miras a los demás clasificándolos? Hay que crecer y dejar crecer a los que te rodean. Así es la Iglesia: santa (llena de trigo que da fruto) y pecadora (con cizaña que sembró el enemigo). La Iglesia en la que hay que tener paciencia y esperar a conocer por los frutos. Por eso esto sirve también para la vida eclesial. Tu labor no es señalar la cizaña, sino ser trigo.
Por último, el destino de la cizaña es terrible, será quemado. Pero el trigo finalmente dará su fruto.
Ahora relee el Evangelio pensando en tu situación personal y en tu vida eclesial, tu comunidad o parroquia. ¿Qué te dice el Evangelio de hoy?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

XVII Domingo del Tiempo Ordinario

Evangelio según San Juan 6,1-15.

Jesús atravesó el mar de Galilea, llamado Tiberíades.
Lo seguía una gran multitud, al ver los signos que hacía curando a los enfermos.
Jesús subió a la montaña y se sentó allí con sus discípulos.
Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos.
Al levantar los ojos, Jesús vio que una gran multitud acudía a él y dijo a Felipe: «¿Dónde compraremos pan para darles de comer?».
El decía esto para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer.
Felipe le respondió: «Doscientos denarios no bastarían para que cada uno pudiera comer un pedazo de pan».
Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dijo:
«Aquí hay un niño que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?».
Jesús le respondió: «Háganlos sentar». Había mucho pasto en ese lugar. Todos se sentaron y eran uno cinco mil hombres.
Jesús tomó los panes, dio gracias y los distribuyó a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados, dándoles todo lo que quisieron.
Cuando todos quedaron satisfechos, Jesús dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que sobran, para que no se pierda nada».
Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos que sobraron de los cinco panes de cebada.
Al ver el signo que Jesús acababa de hacer, la gente decía: «Este es, verdaderamente, el Profeta que debe venir al mundo».
Jesús, sabiendo que querían apoderarse de él para hacerlo rey, se retiró otra vez solo a la montaña.
Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios.

XVI Domingo del Tiempo Ordinario

Evangelio según San Marcos 6,30-34.

Los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
El les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco». Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer.
Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto.
Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.

Jueves 26 de julio

Jueves 26 de julio
San Joaquín y Santa Ana
Padres de la Bienaventurada Virgen María

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 13, 10-17
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los discípulos y le preguntaron: ¿Por qué les hablas en parábolas? Él les contestó: A vosotros se os ha concedido conocer los secretos del Reino de los Cielos y a ellos no. Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran sin ver y escuchan sin oír ni entender. Así se cumplirá en ellos la profecía de Isaías: «Oiréis con los oídos sin entender; miraréis con los ojos sin ver; porque está embotado el corazón de este pueblo, son duros de oído, han cerrado los ojos; para no ver con los ojos, ni oír con los oídos, ni entender con el corazón, ni convertirse para que yo los cure». Dichosos vuestros ojos porque ven y vuestros oídos porque oyen. Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.

Pistas: “Al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene”. Esta frase suena muy rara en boca de Jesús, pero no cuando se entiende que se refiere al Reino de Dios, a la gracia de Dios, a la acción de Dios. Esto es gratis, es un regalo y no se puede conseguir por las propias fuerzas. Porque la gracia de Dios actúa en el corazón del que lo acoge y lo transforma. Por eso, cuando se recibe y se acoge da fruto, y entonces el que tiene, tendrá más. Pero rechazarla implica cerrarse al amor y quedarse encerrado en el pecado.
Este Evangelio te ofrece la oportunidad de dar gracias a Dios por la gratuidad de la salvación, porque la presencia del Espíritu Santo en tu corazón te permite entender y tener acceso a los secretos del Reino de los Cielos. Y esto crecerá día a día. También es una invitación a avanzar, a crecer en tu modo de ser discípulo, en tu vida de oración… porque eso significará que vas fortaleciendo tu relación con Jesús y que tu fe se va consolidando.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Miércoles 25 de julio

Miércoles 25 de julio
Solemnidad de Santiago Apóstol, patrono de España

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Mateo 20, 20-28
En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: ¿«Qué deseas?» Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.» Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?» Contestaron: «Lo somos.» Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre.» Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: «Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos.»

Pistas: ¿Cuál es el modo de vivir de los discípulos de Jesús? ¿El poder, los puestos, los honores? El grupo de los más cercanos a Jesús se divide y se enfrenta por este tema. Y esto mismo sucede hoy en el mundo. Luchas, envidias, rivalidades, mentiras, corrupción, hipocresía, postureo, intereses…
Jesús les enseña cuál es su propuesta. Y no consiste en ser como los jefes y los poderosos del mundo. Piensa cómo es hoy el modo de hacer las cosas del mundo, piensa en los políticos, en los poderosos, las multinacionales ¿cómo hacen las cosas?
Si sigues a Jesús, tú no puedes ser así. La propuesta de Jesús es que para ser grande hay que servir. Es el primero el que tiene que servir a los demás (el Evangelio dice como un esclavo). Y esto no es una teoría que Jesús explica desde fuera. Él va delante, Él enseña cómo servir y amar, entregando la vida.
Si quieres vivir como discípulo de Jesús, las decisiones de tu vida tienen que llevarte por ese camino que Él propone aunque a veces suponga ir a contracorriente. Y esto sólo podrá ser realidad en tu vida con la fuerza del Espíritu Santo que Él ha prometido y enviado.
Tú eliges. El camino de los puestos y los honores, o el de ser discípulo de Jesús.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Martes 24 de julio

Martes 24 de julio
San Sarbelio Makhlûf, presbítero

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 12, 46-50
En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y sus hermanos se presentaron fuera, tratando de hablar con él. Uno se lo avisó: Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo. Pero él contestó al que le avisaba: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Y señalando con la mano a los discípulos, dijo: Estos son mi madre y mis hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ése es mi hermano y mi hermana y mi madre.

Pistas: Ser de la familia de Jesús no es cuestión ni siquiera de sangre. No es un estatus o un derecho. Para pertenecer a la familia de Jesús hay que recorrer el camino de hacerse discípulo suyo. Buscar la voluntad de Dios y escuchar su Palabra. No se trata de querer que Jesús haga las cosas a nuestra manera sino de descubrir la manera en la que Él las hace y nos invita a que las hagamos nosotros también. A veces podemos pensar que ya somos de los suyos por el puesto que ocupamos en la Iglesia o por nuestra religiosidad, pero sin ser discípulos eso no sirve de mucho.
Como vamos descubriendo día a día al orar con el Evangelio, este camino de pertenecer a la familia de Jesús se recorre conociéndole, escuchándole, poniendo su luz en las situaciones cotidianas de nuestra vida. Aprendiendo a descubrir la voluntad de Dios a través de su Palabra y de las inspiraciones del Espíritu Santo. Siéntate con Jesús hoy también, reza, y sigue aprendiendo a ser discípulo suyo.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Domingo 22 de julio

Domingo 22 de julio
XVI domingo del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Marcos 6, 30-34
En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Él les dijo: «Venid vosotros solos a un sitio tranquilo a descansar un poco.» Porque eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer. Se fueron en barca a un sitio tranquilo y apartado. Muchos los vieron marcharse y los reconocieron; entonces de todas las aldeas fueron corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Al desembarcar, Jesús vio una multitud y le dio lástima de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma.

Pistas: Jesús quiere llevarse a los apóstoles a descansar. Pero al desembarcar una muchedumbre le espera. Para entender mejor este Evangelio piensa en cómo te sentirías tú. Cuál es tu reacción cuando estás cansado o quieres estar tranquilo y se ‘tuercen los planes’ porque alguien te necesita. Las personas buscan a Jesús. Y Él siente compasión porque “andaban como ovejas sin pastor” y “se puso a enseñarles con calma”. Así es Jesús, el Buen Pastor que ama a sus ovejas, da la vida por ellas… Y esto se concreta, no sólo es una imagen que utiliza Jesús para explicar su identidad, sino que refleja su vida, su manera de actuar.
Nosotros tenemos algo de ovejas de y algo de pastor. Por un lado, buscamos, queremos encontrar plenitud, salvación, sentido, amor, vida… y este Evangelio nos dice que en Jesús encontraremos quien nos guíe y enseñe. Por otro, también somos pastores unos de otros, cada uno según la vocación a la que hemos sido llamados. Si vas por delante en el camino de fe, si tienes personas a las que acompañar, si eres padre o madre, religiosa, sacerdote, responsable en tu comunidad, catequista, amigo creyente… hay muchos que andan buscando encontrar el camino y se sienten perdidos. Y Jesús te enseña el modo de actuar.
Por último, este Evangelio es una buena ocasión para adentrarse en el misterio de quién es Jesús y darle gracias, adorarle. Eres de los suyos, vas con Él y por mucha que sea la actividad Jesús te invita a la intimidad con Él. Pero sin caer en una relación que podíamos llamar de invernadero, cerrada en sí misma, sino abierta a los demás. Jesús enseña a vivir en el amor y para ello no hay otro camino que la entrega a los demás.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración. –

Sábado 21 de julio

Sábado 21 de julio
San Lorenzo de Brindis, presbítero y doctor de la Iglesia

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 12, 14-21
En aquel tiempo, los fariseos, al salir, planearon el modo de acabar con Jesús. Pero Jesús se enteró, se marchó de allí y muchos le siguieron. El los curó a todos, mandándoles que no lo descubrieran. Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Mirad a mi siervo, mi elegido, mi amado, mi predilecto. Sobre él he puesto mi espíritu para que anuncie el derecho a las naciones. No porfiará, no gritará, no voceará por las calles. La caña cascada no la quebrará, el pábilo vacilante no lo apagará, hasta implantar el derecho; en su nombre esperarán las naciones».

Pistas: ¿Cómo es el Mesías? ¿Cómo es Jesús? No tiene nada que ver con una idea triunfalista, o de un líder político o un revolucionario… Jesús no hace un grupo de partidarios para luchar o conspirar contra sus enemigos. A Jesús sólo le importa cumplir la voluntad del Padre y hacer presente el Reino de Dios. Cuando tiene que marcharse a otro sitio para seguir su misión, lo hace. Cuando tenga que ir a Jerusalén, y dar la cara, también lo hará.
Se cumple lo que anunció el profeta. Ése es Jesús, el que habían prometido los profetas, en quien se cumplen las promesas del Antiguo Testamento de un modo sorprendente.
Puedes aprovechar este Evangelio para asomarte al misterio de Jesús, adorarle, alabarle por quién es. Ha venido a curar, a salvar, a anunciar la justicia de Dios (la salvación de Dios), a traer esperanza sin romper al que está herido o hacer caer al que vacila.
Quieren acabar con Él. Finalmente tienen la ilusión de haberlo logrado, pero Jesús está vivo y te invita a encontrarte con Él y aprender su modo de hacer las cosas. Fíjate en que a pesar de las conspiraciones de los fariseos muchos siguen a Jesús y encuentra en Él salvación. En cambio, los demás quedan encerrados en un mundo de conspiraciones y maldad. Y tú… ¿decides seguir a Jesús?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.