Sábado 30 de junio

Sábado 30 de junio
Santos Protomártires de la Santa Iglesia Romana

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 8, 5-17
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó diciéndole: Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho. Él le contestó: Voy yo a curarlo. Pero el centurión le replicó: Señor, ¿quién soy yo para que entres bajo mi techo? Basta que lo digas de palabra y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes: y le digo a uno «ve», y va; al otro, «ven», y viene; a mi criado, «haz esto», y lo hace. Cuando Jesús lo oyó quedó admirado y dijo a los que le seguían: Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de Oriente y Occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el Reino de los Cielos; en cambio a los ciudadanos del Reino los echarán afuera, a las tinieblas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. Y al centurión le dijo: Vuelve a casa, que se cumpla lo que has creído. Y en aquel momento se puso bueno el criado.
Al llegar Jesús a casa de Pedro, encontró a la suegra en cama con fiebre; la cogió de la mano, y se le pasó la fiebre; se levantó y se puso a servirles.
Al anochecer, le llevaron muchos endemoniados; él con su palabra expulsó los espíritus y curó a todos los enfermos.
Así se cumplió lo que dijo el profeta Isaías: «Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades».

Pistas: “Él tomó nuestras dolencias y cargó con nuestras enfermedades”. El Reino de Dios es lo opuesto al mal, al sufrimiento, al pecado, a la debilidad… Y Jesús logra traer el Reino yendo delante, luchando y venciendo al pecado, al mal, al sufrimiento, al sin sentido y a la muerte. Venciendo con su obediencia y con la fuerza y el poder del Espíritu Santo que actúa en Él y por Él.
¿Cuál es la llave que permite entrar al Reino? Es la fe (como la del centurión). Es la cercanía con el mismo Jesús (la cogió de la mano). Es la Palabra (que tiene poder: con su palabra expulsó espíritus y curó enfermos).
Fíjate en la fe del centurión. Puede ayudarte comparar tu actitud con la suya. Un extranjero, un pagano, pero se encuentra con Jesús y cree en Él. No necesita un espectáculo, ni que Jesús haga las cosas a la manera del Centurión… porque cree en su poder. Uno de fuera (de los que no saben nada de Dios), pero se encuentra con Jesús y cree en Él.
A veces, los que creemos convertimos la fe en una costumbre que no abre la puerta a dejar actuar al poder de Dios. Porque precisamente la fe es dejarte sorprender, no tenerlo todo atado, sino dejar a Dios que actúe en tu vida.
Puedes preguntarte ¿qué te enseña el centurión? y ¿qué sucederá si te fías de Jesús?
Y, recuerda: la cercanía y la Palabra de Jesús tienen poder. Si le dejas entrar en tu vida, verás sus maravillas.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Viernes 29 de junio

Viernes 29 de junio
Santos Pedro y Pablo, solemnidad

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Mateo 16, 13-19
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?» Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.» Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»

Pistas: Puedes aprovechar este Evangelio para hacerte tú la pregunta: ¿Quién es Jesús? Lo que dice la gente, lo que dice tu comunidad… ¿y qué dices tú? La Iglesia te dice que es el Mesías, el Hijo de Dios, el que está resucitado y vivo, el que prometió y mandó el Espíritu Santo. Pero ¿y tú? ¿y para ti?
Si tu fe está fría, si necesitas descubrir quién es Jesús, no sólo lo conseguirás por un esfuerzo personal tuyo, sino que es un don, Dios te lo revela y por eso necesitas la oración, la Palabra en la que encontrarte con Él… porque es el Padre quien revela a Jesús.
Y después de encontrarte con Él y conocerle, después de saber y experimentar quién es, también a ti, como a Pedro, te dará una misión y te capacitará para ella. Conocer a Jesús es descubrir quién eres tú. Y encontrar un camino, una misión, un objetivo. No te manda sin herramientas, te da lo que necesitas para recorrer el camino que te pide.
A Pedro le encomienda acompañar la Iglesia, ser roca firme sobre la que asentarla. Le da una promesa (el infierno no la derrotará). Y el poder para hacerlo: las llaves y atar y desatar.
Tienes muchas cosas con las que puedes rezar. ¿Quién es Jesús? ¿cómo conocerle mejor? Darle gracias por la fe que te permite tener una relación personal con Él. Adentrarte en el encuentro con Él adorándole, contemplándole. O también puedes mirar la Iglesia que Jesús instituyó no sobre las nubes sino con hombres de carne y hueso. Pero con su poder y la fuerza y los dones del Espíritu. Puedes rezar por la Iglesia, por el Papa y por todos los que se hacen la pregunta ¿quien es Jesús?

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Jueves 28 de junio

Jueves 28 de junio
San Ireneo, obispo y mártir

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 7, 21-29
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No todo el que me dice «Señor, Señor» entrará en el Reino de los Cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros? Yo entonces les declararé: Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados.
El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió, porque estaba cimentada sobre roca.
El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente. Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad y no como los letrados.

Pistas: El Evangelio de hoy nos enseña algo muy importante para no equivocarnos, engañarnos o desanimarnos en nuestro camino de fe.
No vale una fe de costumbres o apariencias, que acaba siendo superficial (como un barniz barato). Ni siquiera tener fe es hacer muchas cosas para Dios. Fíjate lo que dice el Evangelio: han profetizado en su nombre, echado demonios y hasta hecho milagros… Han hecho cosas para Dios (piensan que Dios ha estado con ellos), y seguro que han hecho cosas buenas. Pero Jesús no quiere sólo eso, no quiere sólo que seas externamente religioso, que reces y cumplas tradiciones, que hagas cosas buenas. Lo importante es que consigas establecer una relación con Dios y descubras su voluntad como fruto de la presencia de su Espíritu Santo en tu corazón. Lo importante es que esto te transforme. Entonces tu vida no estará cimentada sobre cosas pasajeras, sobre tus proyectos (aunque sean buenos), sobre tus méritos, o sobre tus seguridades.
Porque todo lo anterior, por muy cierto que parezca, es como la arena. Cuando vienen dificultades, la casa se tambalea. Si cimentas tu vida en una relación con Dios y en descubrir y cumplir su voluntad desde dentro, no aparentemente, no para autosatisfacerte sino por amor, por gratitud, por la misma fuerza de Dios que está dentro de ti, entonces tu vida será una casa construida sobre cimientos firmes. Porque Dios no se equivoca, no falla en sus promesas. Y te invita a fiarte de Él, a perseverar en tu relación con Él, y ponerle a Él en el centro de tu vida.
Piensa en tu vida: ¿Cuando dices ‘Señor, Señor’… sobre qué estás cimentando tu fe? ¿haces muchas cosas para Dios pero en el fondo te olvidas de Él? ¿hay mucha arena o hay roca firme? Jesús es la roca, vivir como discípulo suyo es cumplir la voluntad del Padre. Y éste es un camino de amor y de fidelidad, no de apariencias, palabras vacías o solamente buenas acciones. Es la vida en el Espíritu Santo.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Miércoles 27 de junio

Miércoles 27 de junio
San Cirilo de Alejandría, obispo y doctor de la Iglesia

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 7, 15-20
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Cuidado con los profetas falsos; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, que por sus frutos los conoceréis.

Pistas: La fe no es un barniz externo que poner a la vida. La propuesta de Jesús es que la fe transforme el corazón. Es más que eso: es una promesa. Si recibes el Espíritu Santo, te dará un nuevo corazón y podrás hacer las obras del Espíritu. No las del mundo o las del pecado, sino que darás buen fruto.
Estas palabras de Jesús ayudan a no dejarse embaucar, a no vivir un cristianismo falso o superficial. Te alertan además sobre los que prometen resultados fáciles sin esfuerzo personal o los que buscan su propio beneficio usando la buena fe de las personas. Piensa que si no da los frutos que dio Jesús, algo está fallando.
Así que revisa los frutos que das, los que da tu comunidad o tu parroquia. ¿Cómo son? Sé sincero, porque así podrás abrir tu vida al Espíritu Santo, que es el único que puede cambiar tu corazón y convertirte en buen árbol, que dé buenos frutos.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Martes 26 de junio

Martes 26 de junio
San Pelayo, mártir

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 7, 6. 12-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No deis lo santo a los perros, ni les echéis vuestras perlas a los cerdos; las pisotearán y luego se volverán para destrozaros.
Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas.
Entrad por la puerta estrecha. Ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos entran por ellos. ¡Qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que lleva a la vida! Y pocos dan con ellos.

Pistas: Leemos hoy una recopilación de dichos de Jesús. El primero de ellos, no dar lo santo a los perros, no echar las perlas a los cerdos. Parece que contradice otros mensajes de Jesús. ¿A qué se referirá? Después de lo que decía el Evangelio de ayer ¿cómo atrevernos a juzgar a los demás y considerarlos indignos? Pero Jesús no quiere unos discípulos insensatos, que no sepan buscar el momento oportuno, que no valoren lo que tienen. Para exponer las cosas que merecen la pena se busca el mejor contexto, el más significativo. No se hace de cualquier manera.
“Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la ley y los profetas”. Una vez más el amor es el resumen, es la clave, lo que sostiene todo. Y no un amor abstracto sino concreto ¿cómo tratamos a los demás?
La puerta ancha. En la vida casi siempre cuesta menos lo que va a hacernos daño. Y lo que merece la pena realmente se parece a una puerta estrecha. Jesús no engaña a nadie. Éste no es un camino que se haga sin esfuerzo. Es un camino que merece la pena, es el camino que merece la pena, es gratis. Pero requiere esfuerzo y sacrificio, requiere elegir no lo más cómodo sino lo que merece la pena.
Pensar lo que se ha de hacer para seguir el camino de Jesús y no fiarse de los atajos, son dos claros mensajes que nos deja hoy este Evangelio para que apliques en tu vida.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Lunes 25 de junio

Lunes 25 de junio
XII semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 7, 1-5
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No juzguéis y no os juzgarán.
Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros.
¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: «Déjame que te saque la mota del ojo» , teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano.

Pistas: Jesús propone un estilo de vida basado en el amor al prójimo. Y para ello enseña cómo concretarlo. No juzgues. Si lo piensas, el juicio es una fuente de insatisfacción, de sufrimiento, una barrera con el otro, una manera de sentirse superior a los demás. Jesús te dice: no juzgues y no serás juzgado. La medida que uses, la usarán contigo. En el fondo, es una manera de decirte: puedes vivir en el amor o en el odio, puedes vivir en la misericordia o en la condena… Tú eliges.
Mírate a ti, cambia tú, examina tu vida… Ésta es la clave del mensaje de hoy. No lo de fuera, sino lo de dentro.
Es una invitación a vivir en la verdad: ¿cómo eres? ¿cómo actúas? ¿cómo es tu vida? ¿haces lo que criticas en los demás? Sácate la viga de tu ojo. Es decir, arranca el pecado y el mal de tu vida, y podrás ayudar a los demás. Dicho en positivo: esfuérzate por vivir en el amor, por llenarte del Espíritu Santo y podrás ver claro y ayudar al prójimo, sin que eso sea un intento egoísta, una justificación o un acto de soberbia.
Deja que este Evangelio ilumine tu vida, aunque ello implique ver la viga que hay en tu ojo. Y deja que la luz del Espíritu Santo te permita ver la verdad y sentir la alegría del amor de Dios, que te limpia y te restaura.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Domingo 24 de junio

Domingo 24 de junio
Natividad de San Juan Bautista, solemnidad

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según san Lucas 1, 57-66. 80
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre. La madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan.» Le replicaron: «Ninguno de tus parientes se llama así.» Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: «¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.

Pistas: El nacimiento de Juan Bautista estuvo rodeado de hechos extraordinarios. Unos ancianos, una mujer estéril ¿Qué será ese niño?
Dios muestra su poder en lo que el mundo ya no da ninguna esperanza. Lo mismo pasa con Jesús: traicionado por los suyos, condenado como un delincuente y, cuando parece que ya no hay esperanza, Dios hace lo imposible posible. Puedes pensar en tu vida también e iluminar tus situaciones con lo que nos dice el Evangelio.
Le iban a poner Zacarías para seguir la tradición. Pero Dios va a hacer cosas nuevas a través de la vida de este niño. Rompen la tradición, algo nuevo va a suceder. Se llamará Juan. ¿Qué va a ser este niño?
Zacarías se había quedado mudo porque no había sido capaz de creer lo que el ángel le había prometido. Cuando por fin se fía, cuando cumple la voluntad de Dios, su boca se suelta y alaba a Dios. Deja de estar mudo. Como cuando alguien entra en el camino del Reino de Dios y entonces entiende lo que antes no entendía, comprende lo que antes le resultaba extraño, y su vida ya no es la misma.
Y Juan el Bautista crece y se fortalece. Se prepara en el desierto, en las dificultades, hasta que está listo para su misión.
Deja que te hable Palabra de Dios, que enseña que Él abre caminos en la vida de los que creen.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Solemnidad del nacimiento de Juan Bautista

Evangelio según San Lucas 1,57-66.80. 
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.
Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre;
pero la madre dijo: «No, debe llamarse Juan».
Ellos le decían: «No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre».
Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran.
Este pidió una pizarra y escribió: «Su nombre es Juan». Todos quedaron admirados.
Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.
Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: «¿Qué llegará a ser este niño?». Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.

Sábado 23 de junio

Sábado 23 de junio
XI semana del tiempo ordinario

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 6, 24-34
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede estar al servicio de dos amos. Porque despreciará a uno y querrá al otro; o, al contrario, se dedicará al primero y no hará caso del segundo. No podéis servir a Dios y al dinero.
Por eso os digo: no estéis agobiados por la vida pensando qué vais a comer, ni por el cuerpo pensando con qué os vais a vestir. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo que el vestido? Mirad a los pájaros: ni siembran, ni siegan, ni almacenan y, sin embargo, vuestro Padre celestial los alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellos? ¿Quién de vosotros, a fuerza de agobiarse, podrá añadir una hora al tiempo de su vida? ¿Por qué os agobiáis por el vestido? Fijaos cómo crecen los lirios del campo: ni trabajan ni hilan. Y os digo que ni Salomón, en todo su fasto, estaba vestido como uno de ellos. Pues si a la hierba, que hoy está en el campo y mañana se quema en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más por vosotros, gente de poca fe? No andéis agobiados pensando qué vais a comer, o qué vais a beber, o con qué os vais a vestir. Los paganos se afanan por esas cosas. Ya sabe vuestro Padre del cielo que tenéis necesidad de todo eso.
Sobre todo buscad el Reino de Dios y su justicia; lo demás se os dará por añadidura. Por tanto, no os agobiéis por el mañana, porque el mañana traerá su propio agobio. A cada día le bastan sus disgustos.

Pistas: Jesús enseña que no valen las medias tintas. ¿Servir a dos dioses? ¿es posible tomar la fe para algunos aspectos de la vida y para otros rechazarla? Podríamos llamarlo una fe de autoservicio: elijo lo que me interesa y cuando me interesa, y el resto de las veces hago las cosas a mi manera. Un estilo así termina o perdiendo la fe, o entrando en crisis, o llevando una doble vida hipócrita y con poco sentido. Pide el Espíritu Santo y contrasta tu vida con la Palabra de Dios.
En el caso concreto de hoy se trata el tema de la riqueza, de lo material. Jesús experimentó y enseñó que Dios cuida providentemente de sus hijos. Si pones tu vida en sus manos ¿a qué temerás? Dios cuida de ti. La vida de los santos está llena de experiencias asombrosas en este sentido, y seguro que a ti mismo o a personas que conoces, también les han sucedido cosas similares.
Jesús te ofrece vivir libre de agobios, libre de ansiedad, porque cuida de ti. La providencia de Dios es fruto de su amor gratuito. Pero aunque esto es gratis, no es barato. Te invita trabajar por el Reino de Dios y su justicia. O, lo que es lo mismo, a vivir como discípulo de Jesús. Y eso implica que no te puede dar igual hacer las cosas de un modo o de otro.
Trabajar por el Reino no puede ser una especie de chantaje o hacer méritos. Es entrar en la dinámica del amor de Dios, que transforma tu vida y a través de ti la realidad. Esto es lo que el Evangelio de hoy llama buscar el Reino de Dios y su justicia. Es buscar a Jesús y querer ser santo. Y si descubres esto, serás libre. Libre del agobio de la autosuficiencia que te encierra en ti mismo, libre de la ansiedad de la desesperanza (porque para Dios nada es imposible), libre del engaño y las falsas promesas del pecado. Si descubres esto quedarás libre del engaño de los ídolos que nunca dan lo que prometen y te convierten en esclavo. Busca el Reino de Dios y su justicia. Busca a Dios y ser santo.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.

Viernes 22 de junio

Viernes 22 de junio
San Paulino de Nola, religioso
Juan Fisher, obispo y Tomas Moro, mártires

(Recuerda:
1. Pide el Espíritu Santo
2. Lee despacio y entiende
3. Medita qué te dice la Palabra de Dios
4. Ora, respóndele al Señor)

Evangelio según San Mateo 6, 19-23
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No amontonéis tesoros en la tierra, donde la polilla y la carcoma los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Amontonad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni carcoma que se los roen, ni ladrones que abran boquetes y roben. Porque donde está tu tesoro, allí está tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si tu ojo está sano, tu cuerpo entero tendrá luz; si tu ojo está enfermo, tu cuerpo entero estará a oscuras. Y si la única luz que tienes está oscura, ¡cuánta será la oscuridad!

Pistas: ¿Dónde está tu tesoro? ¿Qué o quién, qué cosas, situaciones o personas, son lo más valioso para ti? ¿Coincide con la propuesta de Jesús?
Jesús propone descubrir el tesoro que permanece. Piensa ¿cuáles son esas cosas? Lo material es efímero, tiene fecha de caducidad por muy valioso que sea. En cambio, lo que Jesús te ofrece dura hasta la eternidad. Y nada ni nadie te lo podrá robar.
“La lámpara del cuerpo es el ojo”. ¿Con qué ojos miras la realidad? ¿con una mirada enferma por el consumismo, el interés o el pecado…? ¿o con una mirada de fe, con la luz del Espíritu Santo? Sin la luz de Jesús tu vida estará a oscuras, vivirás en sombras ¡Cuánta será la oscuridad!
¿Quieres el tesoro que nadie te podrá quitar? ¿quieres descubrirlo? ¿quieres mirar con la luz de Jesús? Acércate a Él. Encontrarás el camino y con su luz podrás recorrerlo.

Relee el Evangelio, escucha lo que Dios te dice y respóndele con tu oración.